01 de julio de 2008

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    Ponentes en Defensa del Petróleo y la Soberanía Nacional

  • Dr. Carlos Tello Macías
  • Sergio Benito Osorio Romero


  • Ponentes en apoyo a las reformas de Calderón

  • Agustín Carstens
  • Esteban Levín Balcells

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Entrevistas

miércoles, 2 de julio de 2008

Proponen crear supercomisión energética para Pemex y CFE

Por: Luciano Franco | Nacional

Desaparecer la Secretaría de Energía y crear en su lugar la Comisión Nacional de Energía, de la que dependan Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), demandó ayer el ex titular de la extinta Secretaría de Programación y Presupuesto, Carlos Tello Macías. Dicha comisión, precisó el también ex director del Banco de México, estaría facultada para establecer la política energética y para administrar las empresas públicas, en coordinación con las de carácter privado que actualmente operan en el sector.
Al participar en el foro de debate "Situación financiera y presupuestal de Petróleos Mexicanos: vías para mejorarla", Tello Macías confió en que la reforma energética del Ejecutivo Federal no resulte aprobada, ya que "no conviene para la sólida y buena marcha de la economía nacional", sostuvo.
Tampoco, dijo, la reforma le favorece a Pemex, de modo que lo que realmente conviene es que el Congreso promueva la elaboración de un programa en materia de energía para la nación y en beneficio de la paraestatal.
El especialista agregó, en relación con su planteamiento de dar vida a aquella Comisión Nacional de Energía, que los comisionados al frente de este organismo serían nombrados por el Ejecutivo, con la ratificación del Congreso.
También en algún tiempo embajador de México en Cuba, en Portugal y en la desaparecida Unión Soviética, Tello Macías propuso modificar el régimen fiscal de Pemex y que se le dote de un esquema especial de tributación, sencillo y transparente.
De igual forma, planteó que la Federación constituya con los recursos que le aporte Pemex, un fondo especial que destinaría sólo para apoyar las finanzas públicas de los estados, el combate a la pobreza y obras básicas de infraestructura.
Con una maestría en economía en la Universidad de Columbia y un doctorado en la misma especialidad en Cambridge, Carlos Tello señaló que las iniciativas del presidente Calderón "buscan privatizar aún más la actividad energética del país; de seguir por ese camino las rentas petroleras se diluirían poco a poco entre cada vez más socios que obtendrán generosas utilidades", advirtió.
Al respecto, el experto aseguró que el destino de gasto de la paraestatal lo decide la Secretaría de Hacienda, que además establece los diferentes precios a los que la empresa vende sus productos en el mercado interno.
De igual forma, Hacienda fija a la paraestatal los diversos subsidios que el gobierno federal está dispuesto a otorgar, pero ello con cargo al presupuesto de Petróleos Mexicanos.

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Reyes Heroles ve cerca aprobación de la iniciativa

Ana Anabitarte Corresponsal
El Universal

MADRID.— El director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Jesús Reyes Heroles, interrogado ayer sobre qué les diría a los empresarios españoles interesados en invertir en el sector energético mexicano, aseguró que la reforma en la materia en México “está más cerca que nunca de conseguirse”. “Pemex necesita y desea el apoyo de particulares nacionales o extranjeros para ser una empresa más fuerte, más eficiente y por lo tanto estamos comprometidos, haciendo todo lo posible para pasar la reforma del presidente Calderón en los próximos meses”, aseguró.

El funcionario expresó además su confianza en que los legisladores mexicanos la aprueben pronto, aunque aclaró que no vino a España a promoverla, “porque promover una reforma que no está aprobada no tiene sentido; mejor nos esperamos a ver qué dice el Congreso.

En conferencia de prensa durante el XIX Congreso Mundial del Petróleo, Reyes Heroles advirtió que si no se concreta la reforma, Pemex dejará de producir 1.2 millones de barriles al día en 2015, de los 2.9 a 3 millones de crudo que se producen a diario.

“Más allá de un Plan B, la cuestión está en cómo podría Pemex mantener su plataforma de producción de no haber la reforma.”

En su opinión, “de lo que se trata es de sacar la mejor reforma, no de quién la propone, sino de ver cuáles son los mejores elementos y reunirlos en beneficio de Pemex”, señaló.

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Suben a ring de spots el debate petrolero

Horacio Jiménez
El Universal

El debate petrolero entró en una nueva etapa de confrontación política. De las ideas y posiciones políticas verbales se pasó al choque frontal a través de frases e imágenes plasmadas en videos. En distintos spots tanto el PAN como los partidos que integran el Frente Amplio Progresista (FAP) —PRD, PT y Convergencia—, dan sus argumentos del porqué debe ser aprobada o rechazada la iniciativa de reforma energética propuesta por el presidente Felipe Calderón.

“¡Ya basta, Pemex no se privatiza!”, sostiene el PAN en uno de sus spots, que se difunde en su página electrónica. “Cuando una minoría se niega a dialogar, no quiere la democracia”, acusa el blanquiazul.

Por su parte, el PRD arremete: “Nadie y mucho menos el gobierno tiene derecho a venderlo o a privatizarlo”.

Estos anuncios fueron o son transmitidos en televisión, radio e internet, y tienen como propósito influir en la sociedad en torno al debate sobre la reforma petrolera y Pemex.

En las últimas semanas el PAN y los partidos que integran el FAP endurecieron sus posturas respecto al tema energético. Las partes lanzan sus spots para convencer.

“Porque nuestro movimiento en defensa del petróleo es pacífico, no hemos roto ni un vidrio”, sostiene Andrés Manuel López Obrador.

“El petróleo es nuestro y vamos a defenderlo”, advierte el tabasqueño, quien encabeza una campaña nacional de lo que considera es la “defensa del petróleo”.

“Es condenable su deseo (del gobierno federal) de privatizar la totalidad de la industria petrolera”, insiste en sus mensajes.

Desde hace tres meses inició la carrera de los partidos para ganar la conciencia de los ciudadanos, hablando de las bondades y beneficios de la reforma, por un lado, y de los efectos nocivos de la iniciativa, por el otro.

El IFE ha tenido que aplicar sanciones por el uso y abuso de los spots y el contenido de sus mensajes.

Éstos son transmitidos en tiempos oficiales y sin costo para partidos, ya que la ley electoral prohíbe comprar espacio para propaganda política y electoral.

La autoridad electoral es la encargada de administrar y monitorear la transmisión de los mensajes en medios electrónicos. Puede iniciar un proceso especial sancionatorio sobre el contenido de un anuncio de algún partido sólo a solicitud de parte.

Hace unos días el IFE multó al PAN con 430 mil 283 pesos por denostar a los integrantes del FAP, en un spot donde los calificaba de “violentos por haber tomado las tribunas del Congreso de la Unión”.

Pero en la confrontación no sólo entran los partidos. También Pemex transmite en televisión algunos anuncios en favor de una reforma para que la paraestatal genere empleos y recursos para su robustecimiento.

En la página electrónica de la Presidencia de la República se colocó el mensaje que Felipe Calderón envió a los mexicanos justo el día que presentó la iniciativa de reforma a Pemex, y en el que sostiene que la paraestatal no se privatiza.

En este contexto el PAN estrenó un nuevo spot en su página de internet.

“¿Sabías que Pemex es dueño de la refinería ‘Deer Park’ en Texas? ¿Sabías que en 3 años ha generado seis mil empleos, utilidades por mil 500 millones de dólares y pagado otros 600 millones de impuestos? Y todo esto en Estados Unidos. ¿No es mejor que estos empleos y dinero se queden en México? Con la reforma a Pemex se puede”, esgrime el spot del PAN.

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Pemex y los hacendistas

Tan conspicuos personajes estuvieron ausentes de los primeros debates, inclusive algunos de los cruciales. Pero han decidido aparecer en el que consideran su tema de dominio indisputable: las finanzas y el control de la petrolera mexicana. Quieren mostrar su autoridad y predominio en las decisiones estratégicas de gran nivel. Pero los hacendistas también acuden, no sin un dejo de su ya célebre soberbia y conocimiento, para defenderse de las acusaciones por haber incautado la tesorería de Pemex. Esta circunstancia es la que desata consecuencias perniciosas en la empresa petrolera: endeudamiento excesivo, deterioro de instalaciones, poca exploración, atraso tecnológico, abandono del mercado petroquímico y postración en otros muchos campos de la operación petrolera. Derivadas que han sido ya entendidas por amplias capas de la población y por sectores claves del cuerpo de legisladores que habrán de darle el toque final a la reforma bajo asedio. Pero los hacendistas no se dan por vencidos en esta disputa que, juzgan, no sólo es por Pemex, sino por su sitial decisorio y, al final, por la conducción y propósitos del Estado mismo. Creen tener argumentos irrebatibles, datos tan duros como secretos que les dan esa envidiable condición de iniciados. Guardan, con las más torcidas llaves del misterio y el celo profesional, el ejercicio presupuestal bajo una discrecionalidad casi total. No hay castigos ni regulaciones de trasparencia que valgan ante sus criterios de secrecía, rayanos, para ellos, en la seguridad nacional. En lo que a Pemex concierne, los hacendistas la han rodeado de una maraña inescrutable de impuestos, beneficios, control de programas y demás parafernalia administrativa que la sujetan a sus designios y hasta a sus pasajeros caprichos.

Los hacendistas son, según esta historia, los verdaderos integrantes de la elite de gobierno, los de la última y pesada palabra, una clase superior en fin. Los hacendistas, y demás adláteres del gobierno que piensan de similar manera, saben de sus ventajas informativas y las han evidenciado ahora que entraron a la disputa abierta en el Senado. No han escogido a cualquiera para integrar su representación. Han hecho presencia los primeros niveles de su burocracia, los que juzgan mejor preparados para las réplicas y las defensas de sus posturas y ambiciones. De salida cuentan, porque ellos mismos los escogen, con los presidentes de las comisiones de hacienda y de presupuesto. Legisladores afines, colonizados por sus ideas, dispuestos a concederles primacía, oír sus dictados y defender sus intereses grupales antes que los de la nación.

Los hacendistas portan un cargamento con años de supremacía entre aquellos que ocupan lugares de privilegio en el cuarto de las decisiones cupulares del oficialismo. Se han impuesto, hasta con relativa facilidad, en el trasiego de las funciones públicas al través de años de pujas y enredos. Cuentan para ello con ventajas indudables. La primera es la aquiescencia y hasta subordinación que los cuerpos de políticos profesionales les han mostrado. Esta disposición voluntaria empezó desde los tiempos del priísmo decadente, allá por finales de los años 70, y se consolidó en los siete recientes del panismo primerizo, de visión simple y poca monta. La segunda es todavía más pesada. Los hacendistas saben del predominio cultural que sus similares externos asentaron en el ancho mundo con el pretexto de su ventajosa globalización. La tercera se la deben, con gusto y agradecimiento creciente, al respaldo que obtienen tanto de los poderosos núcleos financieros centrales (con sus agencias multilaterales) como de los cuerpos de presión internos.

Los hacendistas disponen de mecanismos adicionales para su reproducción en la cúpula del poder público y las usan sin miramientos o pruritos de soberanía. Recurren a solicitar el uso, en su auxilio, de las palancas de convencimiento que poseen y usan las trasnacionales de la energía. Priorizan, entre esas palancas, las interconexiones con los centros de poder metropolitano y los servicios de sus agentes locales (que son muchos y versátiles), ya sean éstos bajo el manto de consultores, centros de estudios o nombrándolos concejeros o socios minoritarios. Lo cierto es que, en muchos casos son, en efecto, coyotes encubiertos o simples tontos útiles a sus propósitos.

Crucial característica, en estos trasteos de las decisiones definitorias, es la rala legitimidad de los gobernantes panistas de la actualidad. Estos blanquiazules no alcanzan a situarse, siquiera, en las estribaciones de la realidad nacional. Dictan órdenes sin el menor contacto o consideraciones de corte popular. Ignoran, casi por completo, dónde están y que sienten, como viven, sufren y piensan los grandes núcleos de mexicanos. En especial aquellos por los que dicen preocuparse: los más desprotegidos, las legiones trashumantes que pululan por los barrios bajos, los que se amontonan en las amplias zonas deprimidas del país. Su discurso usa, como escudo difusivo y sustento conceptual, ante esa cruda realidad que los acosa, el bien común como su propósito último.

El oficialismo actual se integra por la conjunción de esta derecha política amparada en las siglas del PAN y la cúpula priísta. A este compacto agrupamiento se le añaden los hacendistas como su segmento privilegiado. Juntos, se han incorporado, en calidad de subordinados, a un modelo político que se ha enseñoreado en México desde hace más ya dos décadas y media. En los últimos años los rasgos negativos de dicho modelo se han recrudecido y muestra sus limitantes y malformaciones ante todos aquellos que, con honestidad mínima, trate de verlos.

Los hacendarios empezaron su envestida y defensa introduciendo la abundancia de recursos para inversión de Pemex en los años recientes (Pidiregas) y debido a las atingentes reformas promovidas por el panismo. Las pérdidas de la petrolera son, según su alegato, causadas por ineficiencias e incapacidades internas sin que por ello se identifiquen responsables. Puntos que la reforma de Calderón, según ellos, ofrece arreglar con las modificaciones al consejo de administración y otros órganos de control. Afortunadamente, la intervención de los hacendistas hará más trasparente, ante los ojos de los mexicanos, la nociva intervención de estos funcionarios, el de su ineficiente cobro de impuestos (su tarea fundamental) de sus íntimas ligazones con la más imperial conducta de las trasnacionales a las que quieren beneficiar y el uso casi mafioso de los llamados excedentes petroleros. Luis Linares Zapata. La Jornada

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Campea en la sociedad el fantasma de la privatización de Pemex: Suárez Dávila

El juicio histórico será muy adverso sobre los responsables de la situación de la empresa, como es el caso del gobierno de Vicente Fox Quesada, sostiene el ex subsecretario de Hacienda

Ciro Pérez Silva y Enrique Méndez. La Jornada Los participantes en el foro del Senado sobre la reforma a Petróleos Mexicanos (Pemex) ponderaron la necesidad de que el Estado asuma la deuda que la paraestatal tiene como resultado de los proyectos de impacto diferido en el gasto (Pidiregas), y advirtieron que la propuesta del Ejecutivo federal no busca darle autonomía a la empresa, sino someterla a más control gubernamental, al tiempo que rechazaron la viabilidad de permitir la instalación de refinerías como maquiladoras de hidrocarburos y la construcción y operación de ductos por inversionistas privados.

El ex subsecretario de Hacienda Francisco Suárez Dávila reconoció que en la sociedad campea con recelo el fantasma de la privatización: “En todo ello es evidente que la mula no era arisca…”, dijo, además de advertir que el juicio histórico será muy adverso sobre los responsables de la situación actual de Pemex, como es el caso del gobierno de Vicente Fox.

La anterior administración, subrayó Suárez Dávila, maximizó casi todo: la extracción de pozos, la succión de recursos financieros, la acumulación de deudas, la dilución de reservas, la dilapidación de excedentes y la depredación del capital humano.

Destacó la herencia recibida por la presente administración como consecuencia de estas acciones, y dijo que el diagnóstico presentado para la reforma por Calderón “fue débil y opaco” en la parte financiera, pues no explica una parte importante: los 400 mil millones de pesos que aparecen en el activo de Pemex como recurso de caja, lo que ha dado lugar a señalar en los debates que existen amplios recursos disponibles para que la paraestatal pueda hacerlo todo. “¡En el pecado, el gobierno lleva la penitencia!”, apuntó.

“Poema a la desconfianza”

Al hacer un análisis de las iniciativas de Felipe Calderón, dijo que nadie puede decir que no existe una pretensión de privatizar o de violar la Constitución, y que, entre otros, el tema que debe eliminarse “es sin duda la propuesta kafkiana” de establecer un derecho para el Servicio de Administración Tributaria “para la fiscalización de las contribuciones de los campos, que requieren más conocimientos”. Esto, subrayó, “es un poema a la desconfianza”.

Resaltó que Pemex tiene una mala “carátula”, pues los pasivos exceden los activos. Tiene claro un sobrendeudamiento, básicamente por Pidiregas caros; “todo es, en realidad, una deuda soberana”. El gobierno, en cambio, tiene una de las deudas externas más bajas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE); es deuda barata y además se ha prepagado la deuda. “Es candil de la calle y oscuridad de la casa”.

Y en contraste con los señalamientos presidenciales, en el sentido de que en los debates han faltado discusiones técnicas, Suárez Dávila enfatizó que las discusiones no pueden ser sólo técnicas, ya que por su complejidad el tema sobre el destino de Petróleos Mexicanos “es eminentemente político”.

A su vez, el economista y ex integrante de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, Sergio Benito Osorio, sostuvo que las iniciativas del titular del Ejecutivo federal no fortalece la capacidad presupuestal y financiera de Pemex, sino dejan ver con claridad el interés de la Secretaría de Hacienda por mantener el control sobre la paraestatal en cuanto a la conducción de su política de deuda y el manejo de los ingresos excedentes.

Afirmó que las iniciativas de los pasados cuatro gobiernos federales han hecho de la escasez de recursos financieros su principal argumento para obligar el repliegue del Estado de su intervención en el sector energético, y enfatizó que la consulta popular sobre las reformas no es un ejercicio populista, sino representa el interés de conformar instituciones profesionales y democráticas.

En su oportunidad, Alejandro Villagómez, del Centro de Investigación y Desarrollo Económico (CIDE), comentó que las iniciativas de Felipe Calderón ayudan a avanzar, de manera integral, en la modificación del marco regulatorio que rige a la industria petrolera y que, actualmente, representa una camisa de fuerza para un mejor funcionamiento.

Llamó la atención sobre la urgente necesidad de atender el problema de las pensiones de la paraestatal, si se desea realmente mejorar la situación de los gastos operativos, y dijo que la transparencia y rendición de cuentas sistemática y oportuna deben ser pilares de esta reforma.

Por su parte, el director corporativo de Finanzas de Pemex, Esteban Levín, aseguró que la vía para mejorar la situación financiera de la empresa “está en la mesa y es a mi entender la iniciativa presentada” por el Ejecutivo federal.

Gerardo Vargas Ateca, ex subdirector de Financiamiento y Tesorería de Pemex, consideró a su vez que la reforma propuesta por Felipe Calderón Hinojosa mejora sustancialmente las relaciones entre el gobierno federal y la empresa petrolera, en tanto que Juan Manuel Romero Ortega, ex director operativo de Finanzas de la paraestatal, coincidió en que las propuestas del gobierno federal “tienen méritos indudables respecto del establecimiento de un gobierno corporativo más ajustado a las prácticas empresariales de uso generalizado”.

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Labastida: el PRI no apoyará una privatización encubierta de Pemex

El PRI no votará una reforma petrolera que viole la Constitución y no aprobará “una privatización directa ni encubierta” de los hidrocarburos, sostuvo el presidente de la Comisión de Energía del Senado, Francisco Labastida Ochoa.

Al participar por primera vez como orador en el debate sobre Petróleos Mexicanos (Pemex), el ex candidato presidencial afirmó que existe una “falsa posición” del tricolor supuestamente en favor del proyecto de Calderón. También, para cerrar la jornada de ayer, el presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Senadores, Manlio Fabio Beltrones, hizo ayer un llamado a buscar las coincidencias que se han encontrado en torno a las necesidades de la paraestatal, así como a dejar a un lado las provocaciones.

“Pemex y la política petrolera necesitan un nuevo enfoque, que trabaje por una empresa moderna en beneficio del país”, indicó el legislador priísta, quien resaltó que si bien la mayoría de las opiniones vertidas sobre el estatus de la empresa pueden causar en muchos “cierta depresión”, la mayoría se quedan con el optimismo de que las opiniones presentadas por los expertos contribuyen a privilegiar las ideas y esto permitirá obtener resultados positivos.

“Muchas cifras aquí no cuadran, quizá tampoco a ustedes, pero lo que sí es la necesidad de avanzar en la búsqueda de la solución” para Pemex, aseguró Beltrones.

Durante el debate que organiza la Cámara de Senadores, esta vez con el tema Situación financiera y presupuestal de Petróleos Mexicanos: vías para mejorarla, el PAN aseguró que los gobiernos de los estados actúan “como buitres” cuando hay excedentes petroleros, y cuestionó que en la discusión de las iniciativas presidenciales se dejen de lado los privilegios del sindicato petrolero.

El diputado Lorenzo Ludlow Kuri aseguró que Pemex es “una empresa obesa” debido en parte a lo abultado de su nómina y a los compromisos que tiene con el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana. Por ejemplo, afirmó, el secretario general del gremio, Carlos Romero Deschamps, cuenta con 168 asesores, y él y otros dirigentes cuentan con partidas de 20 millones de pesos para viáticos sin comprobar. “Además tienen campos de beisbol, campos de golf y cobran por cada revisión contractual. Por este concepto han recibido de enero a junio 296 millones de pesos”, afirmó.

Más tarde, cuando en una conferencia de prensa se le preguntó al secretario de Hacienda, Agustín Carstens, su opinión respecto de si es posible eliminar esas prebendas al sindicato petrolero, aseguró que se trata de una decisión que debe asumir Pemex, porque se trata “de una relación contractual”.

En la ronda de preguntas y respuestas, el senador perredista Pablo Gómez Álvarez cuestionó al titular de Hacienda por qué esa dependencia contrató durante 2007 un seguro para proteger al país de una posible caída de los precios internacionales del petróleo, cuando era evidente que el año pasado el valor de la mezcla mexicana de crudo no sufriría una baja.

En respuesta, Carstens aseguró que se contrató dicho seguro para evitar que una disminución de los precios internacionales afectara los ingresos por exportación de crudo. “Humildemente, yo no tengo la habilidad de pronosticar el precio del petróleo”, dijo. Inclusive indicó al perredista que se tomó esa decisión de forma similar a que el legislador contratara un seguro de automóvil “y usted no se va a lamentar, después de un año, de que no chocó”.

En su turno de réplica, Pablo Gómez reviró que el precio estimado del crudo para 2007 siempre estuvo por debajo de los precios internacionales promedio, y en el mismo símil utilizado por Carstens aseguró que el seguro se tomó “para un auto que siempre iba a estar guardado”.

También, el diputado Joaquín Vela, del Partido del Trabajo, presentó un oficio de la Dirección Corporativa de Finanzas, de la Gerencia de Precios de Pemex, donde se explica que el 13 de mayo pasado el precio promedio de importación de gasolina por litro fue de 7.41 pesos, es decir, de 112.3 dólares por barril, por lo que la recuperación de la venta al público sería de 120.7 dólares por barril. “Si estas cifras son correctas, no hubo subsidio a la gasolina”, declaró.

Sin embargo, el director corporativo de Finanzas de Pemex, Esteban Levín Balcells, aseguró que ese precio se refiere únicamente a los precios de importación hasta los puertos de descarga, a los que se añaden otros costos, como el de transporte, almacenamiento y las mermas, así como el IVA, por lo que sí existe un subsidio a los combustibles. Enrique Méndez y Ciro Pérez. La Jornada

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Ni la reforma calderonista resolverá ya los problemas de Pemex: Carstens

Imposible pensar que permitirá dividir de tajo la relación de dependencia de ingresos del gobierno por venta de hidrocarburos

■ Necesario, flexibilizar la realización de contratos y adquisiciones, dice

Enrique Méndez y Ciro Pérez Silva. La Jornada El secretario de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens, reconoció que es “imposible pensar que de tajo” la reforma a Petróleos Mexicanos (Pemex), propuesta por el presidente Felipe Calderón, permitirá “dividir la relación” de dependencia de ingresos del gobierno por venta de hidrocarburos, y resaltó que “la reforma energética no resolverá los problemas” de la empresa en los próximos 20 o 30 años.

Pemex “puede enfrentar los retos de este momento. Está vivo, coleando y fuerte. El gobierno le tiene confianza a la paraestatal. (La empresa) sigue siendo factor importante del desarrollo del país… pero eso no quiere decir que no debamos preocuparnos”, afirmó ayer el funcionario al participar como invitado en el décimo cuarto foro de debate, con el tema Situación financiera y presupuestal de Petróleos Mexicanos: vías para mejorarla.

También aseguró que las iniciativas presidenciales no pretenden ceder soberanía ni rectoría del Estado en el manejo de los hidrocarburos o compartir la renta petrolera, sino modificar la relación entre Petróleos Mexicanos y el gobierno federal para darle mayor autonomía.

“Necesitamos un nuevo arreglo jurídico que precise el papel del gobierno federal respecto de Pemex como dueño, como regulador y como recaudador”, expuso Carstens. La autonomía –agregó– pasa también por la sustitución de los controles externos del gobierno a otros, internos, “con la más amplia transparencia y rendición de cuentas”, así como por otro régimen fiscal para poder acometer la exploración en aguas profundas y “flexibilizar” la realización de contratos y adquisiciones.

En ese sentido, durante el debate que sobre la propuesta presidencial se realiza en la Cámara de Senadores, Carstens aseguró que se busca que Pemex realice todas sus adecuaciones presupuestarias y de calendario de gasto, así como contratación de deuda y uso de un porcentaje de sus ingresos excedentes propios, todo ello sin autorización de la Secretaría de Hacienda.

Se trata, dijo el titular de la SHCP, de “acometer con urgencia” cambios que fortalezcan a la paraestatal, porque las plataformas de producción y exportación siguen declinando y las importaciones de combustibles crecen.

Ponderó que las iniciativas de Calderón proponen “romper la desconfianza mutua que ha caracterizado las relaciones entre el gobierno federal y Pemex e iniciar una nueva etapa en la que ésta goce de amplia autonomía”.

Definió que una de las causas principales que hicieron difícil dicha relación se centra en la regulación estricta en el manejo de las finanzas públicas –derivada a su vez de las crisis económicas de las décadas recientes–, pero que ahora “resultan excesivamente rígidas para normar el desempeño de una empresa de carácter competitivo”.

Aseguró que los problemas de la empresa se centran no en la falta de recursos, sino en la falta de capacidad de ejecución y en su baja eficiencia operativa, por lo que lo urgente es dotarla de “instrumentos idóneos para superar esas limitaciones”.

Porque, informó, las reformas de 2005 y 2007 al régimen tributario aplicable a Petróleos Mexicanos permitieron que el Estado recaudara la renta petrolera de manera adecuada, que haya recibido recursos adicionales para disminuir su deuda neta en 27 por ciento, con lo cual se incrementó su patrimonio en 80 mil millones de pesos y su gasto total en 25 por ciento. También, agregó, que el régimen fiscal no sea causa de pérdidas, y que la subsidiaria Pemex Exploración y Producción cuente con “utilidades significativas después de impuestos”.

Para fortalecer la paraestatal, agregó, se requiere “crearle las condiciones” que le permitan operar con mucha mayor eficiencia y productividad. Al respecto expuso que el paquete enviado por Calderón a las cámaras de Senadores y de Diputados avanza en tres ejes:

Modernizar la relación fiscal y presupuestal entre la empresa y el gobierno; darle mayor flexibilidad operativa y financiera, a través de “más y mejores herramientas, y cambiar los controles a su operación.

Consideró que el marco de decisiones autónomas en torno a la definición del presupuesto, contratación de deuda, contrataciones y uso de ingresos propios, sin la intervención de Hacienda, constituyen un “cambio radical” en cuatro aspectos sustanciales para su operación cotidiana, “pero que también han sido cruciales para la secretaría y las finanzas públicas”.

Refirió que como mecanismo de control para el ejercicio responsable de esa autonomía es que se propuso incorporar al consejo de administración de Pemex a cuatro “consejeros independientes”, la constitución de tres comités para apoyar las labores del consejo, así como un comisario que sería designado por el Presidente.

Defensa de los bonos petroleros

Defendió asimismo la figura de los bonos petroleros que, aseguró, permitirían ejercer un “inapelable control social” a los rendimientos esperados en la empresa petrolera. Los tenedores de los bonos, afirmó, exigirían rendimientos efectivos “y se convertirán en persistentes vigilantes de que Petróleos Mexicanos haga el mejor uso de su autonomía”.

Afirmó que en el núcleo de las propuestas de Felipe Calderón está “la firme intención de modernizar Pemex”, y delineó que el paquete se basa en “seis pilares”: autonomía financiera y de gestión a la empresa; otorgarle facultades de decisión, de administración y de contratación, esto es, un “régimen idóneo” para contrataciones, adquisiciones y obras públicas, “acorde con la Constitución”.

Darle además ventajas comparativas en refinación, transporte, almacenamiento y distribución de hidrocarburos, sin perder su control; ponerla “a la altura de las mejores empresas del mundo; reforzar su vínculo histórico con los mexicanos, mediante los bonos, y concederle “un régimen fiscal adecuado” para el desarrollo de zonas como Chicontepec y aguas profundas, así como campos abandonados y en aguas profundas.

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